Ciclismo

Los ciclistas franceses que más crisparon a la afición española

Aficionados en el Tour de Francia
Aficionados en el Tour de Francia

Miguel le esprintó y le quitó varias veces el privilegio de pasar el primero por las cimas, empezando una rivalidad que nunca olvidó la afición española.

Los galos, por tradición y por acoger la carrera por etapas más importante del mundo, son siempre referencia en el pelotón. Aunque a veces se hayan pasado de la raya...

El ciclismo es un deporte completamente agónico donde un miligramo de fuerza separa al éxito del fracaso. En ese esfuerzo, muchos ciclistas se han ganado animadversiones de rivales y aficionados hasta el punto de conseguir enfadar a corredores que eran de hielo como Miguel Indurain.

En ese grupo de ciclistas proscritos aparecen muchos que provienen de Francia y que a lo largo de los tiempos se han ganado el abucheo tanto en el Giro de Italia como en la Vuelta a España, al mismo tiempo que eran ovacionados en el Tour. ¿Quién se puede olvidar de las sobreactuaciones de Thomas Voeckler? ¿O de la combatividad de Richard Virenque?

A continuación recordamos algunos de esos ciclistas que tuvieron un gran talento, pero que nunca fueron del todo bien recibidos por los ciclistas españoles ni por la afición española. La lista la vamos a elaborar en orden cronológico e incluye a campeones del Tour -pese a que Francia no tiene a un vencedor desde 1985- y todo tipo de corredores que fueron los chicos malos de su tiempo.

Bernard Hinault

El ganador de cinco Tour de Francia fue una pesadilla para los ciclistas españoles en 1983 cuando se llevó la Vuelta a España. 'El Tejón' recibió la ayuda de su joven gregario Laurent Fignon y de un actor inesperado llamado Giuseppe Saronni, quien le ayudó a distanciar a los españoles en la decimocuarta etapa. El italiano, dos veces ganador del Giro de Italia, le hizo todo el trabajo para sacar tiempo a sus rivales Alberto Fernández y Marino Lejarreta.

La afición española, al día siguiente en una crono en Valladolid, empezó a pitar a un Hinault que terminaría ganando la Vuelta por apenas un minuto de ventaja. El francés fue abucheado el resto de la prueba y no volvería nunca a defender su corona. En 1986, pocos se extrañarían de su traición en el Tour de Francia a su compañero Greg Lemond, cuando el año anterior le había prometido trabajar para su victoria.

Richard Virenque

El francés de origen marroquí sacó de sus casillas a Miguel Indurain en el Tour de 1994 cuando, por primera vez, vimos al pentacampeón de la ronda disputarle los puntos de la montaña al corredor del Festina. Virenque, que ganó siete veces el maillot de puntos rojos en el Tour, tuvo varios gestos discutibles con Indurain como subir a su rueda y luego darle la estacada para quitarle los puntos de la montaña.

Miguel le esprintó y le quitó varias veces el privilegio de pasar el primero por las cimas, empezando una rivalidad que nunca olvidó la afición española. Virenque fue un ciclista abanderado de la combatividad y nunca supuso una amenaza real para ganar un Tour de Francia, pero no deja de ser anecdótico que fue el único al que Indurain le puso la cruz y consigo toda la afición española.

Laurent Brochard

Famoso por su coleta, Brochard fue uno de los campeones del mundo más inesperados cuando ganó en 1997 en San Sebastian la prueba masculina en ruta. El francés vencería rodeado de polémica porque dio positivo por lidocaína en esa carrera, aunque la UCI decidió ser laxa en sus normas permitiendo que presentase un justificante médico que le exoneró.

Meses después estallaría el famoso caso Festina en el Tour de Francia de 1998 con Brochard en el ajo, y años más tarde el masajista del equipo desveló que seguía un tratamiento de EPO, la hormona de crecimiento y corticoides.

La afición española algo se olía sobre las trampas de un Brochard que fue sancionado levemente y que al año siguiente ganó una etapa en Los Corrales de Buelna durante la Vuelta a España -el día después del debut del Angliru-. El galo recibió múltiples abucheos por su triunfo porque todo el mundo sospechaba que había hecho cosas ilegales, como a la postre quedó demostrado.

Thomas Voeckler

Este cazador de etapas estuvo a punto de dar la campanada en el Tour de 2011, cuando terminó en cuarta posición tras hacer una carrera excepcional. Adicto a que las cámaras le grabasen, Voeckler implantó una nueva forma de ver el ciclismo a través de gestos continuos -como sacar la lengua o saludar a la cámara- que hicieron que gran parte del pelotón le tomase mania por su exceso de protagonismo.

Míticas fueron sus batallas en las fugas con un Luis León Sánchez que muchas veces se perdía con las actuaciones de Voeckler. Hasta TVE, con Perico Delgado y Carlos de Andrés, abandonaron su clásica neutralidad ante los comportamientos de un Voeckler que curiosamente no se atrevió a pisar la Vuelta a España en su época de mayor esplendor.

Thibaut Pinot

El tercer clasificado en el Tour de 2014 supo en la última Vuelta a España que ya no es persona grata en España. El hombre que pudo acabar con la maldición gala se calentó en Twitter insinuando que Rafa Nadal se dopaba en una publicación, a raíz de unas declaraciones del español en donde hablaba de las infiltraciones y del dolor que tuvo que soportar en el pie en el último Roland Garros. "Los héroes de hoy", dijo el ciclista entre emojis pensativos.

Ese comentario no cayó en saco roto en su última participación en la ronda española, donde apenas tuvo protagonismo terminando en un discreto decimoséptimo puesto en la general y recibiendo abucheos en los diversos puertos de montaña. Como dice el refrán "quien siembra vientos, recoge tempestades" y en el caso de Pinot eso fue lo que hizo tras alinearse con la corriente francesa que sospecha de los éxitos de Rafa Nadal.

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