Andy Schleck, el archienemigo de Contador, que se retiró con 29 años
Colgó la bicicleta con apenas 29 años y montó un concesionario de coches en su Luxemburgo natal.
El luxemburgués tuvo una fugaz irrupción en el mundo del ciclismo, cortada en seco por las lesiones y la falta de motivación.
En el deporte se utiliza en muchas ocasiones la expresión 'what if..." -traducida al español como 'y si...'- para referirse a las carreras que quedaron truncadas en extrañas circunstancias. Andy Schleck representa un tremendo ejemplo de esta expresión, con una tremenda carrera ciclista que con apenas 29 años quedó interrumpida para siempre.
Luxemburgués y de buena cuna, Andy fue un prodigio en el pelotón que apareció en el pelotón motivado por los grandes resultados de su hermano mayor Frank. El aprendiz demostró muy pronto que su maestro -siete años mayor- se le quedaba muy pequeño, cosechando un segundo puesto en el Giro de Italia de 2007 a la corta edad de 19 años.
Andy reventó aquella carrera demostrando unas impresionantes dotes que le llevaría poco tiempo después a ser el primer gran antagonista de Alberto Contador. El pinteño, para el inicio de la temporada 2009, tenía la triple corona -Giro, Tour y Vuelta- en su palmarés con apenas 26 años, siendo el favorito para esa edición del Tour en el que regresaba Lance Armstrong.
Su gran momento
Mientras el pinteño y el norteamericano se daban 'leña', Andy empezó a brillar con luz propia con un maillot blanco -el de mejor joven- que casi siempre le acompañaría el resto de su carrera deportiva en el Tour de Francia. El pequeño de los Schleck era el único que tenía fuerza y arrojos para seguir las cabalgadas de un Contador que le ganó esa edición de la ronda gala.
Para 2010, Andy estaba mucho más formado y madurado. Aunque seguía luciendo su maillot blanco habitual, protagonizó una serie de batallas antológicas con Contador que se resolvieron en una ascensión al Tourmalet, donde el pinteño arrancó y al luxemburgués -en el momento de su respuesta- se le salió la cadena, perdiendo unos segundos que no podría recortar en el resto de la carrera.
Semanas después del éxito de Contador ,se supo que había dado positivo por clembuterol por unos picogramos en la muestra. El español lo recurrió por todos los medios durante casi dos temporadas pero no pudo evitar se desposeido de su triunfo siendo éste el único éxito importante en una Gran Vuelta en la carrera de Shleck.
Caída libre
Tras esa victoria, a Andy no le sentó nada bien que su director Bjarne Riis le enviase a la Vuelta a España para que cogiese más experiencia y se hiciese un corredor más experto. El luxemburgués se tomó aquello como un castigo inexplicable, saliendo de fiesta varias noches y pillado llegando borracho a su hotel durante la carrera. El equipo le expulsó por vulnerar el código interno, aunque en verdad él nunca quiso estar compitiendo en la ronda española.
Andy no pudo con el favoritismo en la temporada 2011 de cara al Tour de Francia. El joven se vio superado por un 'perro viejo' como Cadel Evans, en una lucha en la que quizá se empezaron a ver algunas de sus carencias que desembocarían en la retirada en 2014. El ciclista podría haber aplicado alguno de los conocimientos que Riis quiso que mejorase en la Vuelta a España de la temporada anterior.
En 2012, Schleck volvía a ser el gran favorito para el Tour sin Contador sancionado. El luxemburgués, además, ese año tenía el aliciente de que por fin se iba a quitar el maillot blanco que le había perseguido toda su carrera en la ronda francesa. Andy, sin embargo, tuvo la desgracia de caerse en la última prueba previa al Tour en la Dauphine Libere fracturándose el hueso sacro.
Esa lesión le destrozó mentalmente por completo. Estuvo casi medio año sin montar en bicicleta y cuando regreso se dio cuenta de que no tenía el golpe de pedal de antaño. Andy, pese a todo, tenía que cumplir con los patrocinadores que le habían puesto el mejor contrato del pelotón en su mesa con casi 5 millones de salario.
Acudió al Tour de 2013 terminando en vigésima posición y dando una sensación terrible de quiero y no puedo. Schleck lo intentaba y no podía y, por primera vez, viéndose incluso hasta por detrás de su hermano Frank, al que había 'torturado' deportivamente durante toda su carrera. En 2014, directamente abandonó tras otra caída en la cuarta etapa.
Andy ni se lo pensó dos veces al ver el panorama. Colgó la bicicleta con apenas 29 años y montó un concesionario de coches en su Luxemburgo natal. Se retiró porque no se sentía competitivo ni motivado para recuperar su mejor nivel. Quizá no fue un ciclista que amó excesivamente la bicicleta, pero sí que tenía un talento innato cuando la carretera se empinaba como demostró en su breve pero irrepetible carrera deportiva. ¿Y si Schleck hubiese tenido la mentalidad de otros grandes campeones que hubiese sido de él? Esta pregunta sigue todavía rondando en el pelotón.