¿Por qué toda la Fórmula 1 quiere fichar a Adrian Newey?
El ingeniero británico tiene una ilustre carrera como diseñador de coches ganadores y por ser pionero en su campo
Adrian Newey abandonará la escudería Red Bull en los próximos meses, en un movimiento que tiene convulsionada a la Fórmula 1. El aclamado ingeniero británico ha sido el ideólogo del actual dominio del equipo austríaco en el Mundial gracias a unos diseños aerodinámicos que han marcado las diferencias frente al resto de escuderías.
El diseñador, de 65 años, cuenta con el palmarés más impresionante de la historia de la Fórmula 1, habiendo ganado más de 200 Grandes Premios, 12 Mundiales de Constructores y 13 campeonatos de pilotos conduciendo sus diseños. Newey ha tocado la gloria con tres escuderías distintas, y eso que jamás ha trabajado para Ferrari, el Real Madrid del 'Gran Circo'.
Es por ello que su salida de Red Bull ha puesto las orejas tiesas a todo el mundo. La escudería austríaca ha vivido una especie de guerra civil interna en la que Newey estaba en medio con el jefe de equipo Christian Horner y unos inversores del equipo enfrentados, determinando que tras 18 años en el equipo lo dejaba.
El ingeniero británico ahora busca un último baile en una Fórmula 1 que cambiará radicalmente sus normas de cara a 2026 y donde el lápiz y el papel de Newey podría ser determinante en una era donde la aerodinámica es tan importante o más que los motores que llevan los monoplazas. Aston Martin es, a día de hoy, el equipo con más papeletas, aunque tiene ofertas de todo el mundo.
Los duros comienzos de Newey
Antes de hacerse un nombre en la Fórmula 1, Newey cogió experiencia laboral trabajando durante cuatro temporadas como diseñador de coches en la Indy 500. En Estados Unidos, el ingeniero británico aprendió una serie de conceptos aerodinámicos que posteriormente emplearía en su aterrizaje en el 'Gran Circo' que le convirtieron en leyenda.
El diseñador debutó en March en 1988, llevando a la modesta escudería a las plazas de podio antes de que el equipo empezase a tener problemas económicos y le invitasen a salir. Williams se percató del talento de Newey y le captó para 1991, empezando una era dorada con el conjunto inglés ganando los Mundiales de constructores de 1992, 1993, 1994, 1996 y 1997 gracias a innovaciones como la suspensión activa de los monoplazas.
Lo más increíble de esos años es que pilotos peores que Michael Schumacher o Ayrton Senna ganaron mundiales subidos en los coches de Newey y como ejemplo ponemos a Damon Hill, Jacques Villeneuve o Nigel Mansell. El más listo del lugar, Alain Prost, se quedó un año esperando para conducir un monoplaza de Newey, consiguiendo su cuarto Mundial en 1993 gracias a un Williams que dominó con puño de hierro.
De reto en reto
Newey se cansó de ganar con Williams y buscó nuevos retos fuera de la escudería británica fichando por su eterno rival McLaren. El equipo de Woking tenía a otro gallo como Ron Dennis al frente de la escudería, haciendo que con el paso de los años la convivencia se volviese más complicada. El caso es que los diseños de Newey siguieron ganando logrando el doblete del campeonato de Constructores y Pilotos en 1998, y propiciando el triunfo de Mika Hakkinen en el Mundial de 1999.
El británico estuvo a punto de salir para la emergente escudería Jaguar en 2000, pero Ron Dennis le impidió salir de McLaren. Los dos se enzarzaron en una guerra fría en la que el equipo salió perdedor asistiendo al dominio durante cinco temporadas de Ferrari y Michael Schumacher con Newey, haciendo una especie de huelga silenciosa.
Dennis finalmente liberó a Newey para que fichase en 2006 por una modesta y nueva escudería llamada Red Bull. En este equipo, el británico tuvo que ganarse de nuevo el respeto después de unos años en que no había conseguido ganar y lo hizo a través de más innovaciones como los difusores dobles o el F-duct, que posteriormente fueron prohibidas.
Dominio supremo
El equipo austríaco ganó los Mundiales de 2010, 2011, 2012 y 2013 con Sebastian Vettel al volante, obteniendo también el campeonato de constructores en una victoria personal de Newey, quien volvía a estar en la primera línea de la Fórmula 1 tras comprender mejor que nadie una normativa que fue cambiada radicalmente en 2014, beneficiando a Mercedes y sus motores híbridos.
Newey, sin embargo, demostró su tesón ganando el último Mundial de la era híbrida con Max Verstappen y encarrilando una nueva era de dominio con Red Bull, habiendo ganado los tres últimos mundiales. El británico ha dado por concluida su etapa en Red Bull y hasta los malpensados ya ven una mano negra. Desde que dijo que se iba, el mejor equipo de la parrilla es McLaren.