
En poker, a veces conviene arriesgar para reducir el riesgo

Para poder vivir hay que estar dispuesto a morir, una frase que adquiere todo su sentido en la mesa de poker. Nuestro experto Dave Allan nos explica por qué.
A pesar de adoptar un estilo de juego más conservador y con menos riesgos, el jugador cauteloso tiene un riesgo mucho mayor a largo plazo
Para los jugadores astutos, uno de los aspectos más interesantes del poker es que está repleto de aspectos contradictorios en los que los jugadores más débiles suelen cometer errores importantes, y estos se acumulan en forma de beneficios para los jugadores más inteligentes. Uno de los ejemplos más claros de este tipo de aspectos es la forma en la que actuamos con el fin de reducir o aumentar la varianza. Resulta raro observar que existen elementos que aumentan la varianza a pequeña escala que pueden reducirla a gran escala.
Podemos tomar como ejemplo los torneos que se juegan a varias mesas. A largo plazo, los jugadores que mayores beneficios obtienen en los torneos de varias mesas asumen un riesgo muy elevado en determinadas partidas de cada torneo. La varianza que obtienen en un día concreto resulta increíble, y va desde enormes victorias en tan solo unas horas hasta estar una semana sin conseguir beneficio alguno. Sin embargo, si analizamos sus resultados anuales, podremos ver que son muy estables, y todos obtienen una rentabilidad sólida y homogénea, si nos ceñimos a un estudio a largo plazo.
Vamos a compararlos con los jugadores de torneos de varias mesas más cautelosos. Aunque la varianza que sufren en un día concreto es menor, como su juego conservador suele reportarles premios de bajo importe, su varianza anual es enorme, ya que estas pequeñas ganancias tienen poco que hacer contra las malas rachas constantes y la extrema varianza que caracteriza los torneos de varias mesas. A pesar de adoptar un estilo de juego más conservador y con menos riesgos, el jugador cauteloso tiene un riesgo mucho mayor a largo plazo, y su varianza anual será mucho más alta que la del jugador que busca la victoria con agresividad en todos los torneos, a pesar de que su varianza diaria sea mucho menor.
Esto tiene su reflejo en otros ámbitos del poker. Negarse a adoptar este tipo de estrategia en más de una ocasión podría aumentar la varianza de un all-in determinado de una mano, pero al jugar contra jugadores que pasan por momentos de confusión con menor frecuencia, reducirá la varianza con el paso del tiempo, ya que las malas rachas que ellos sufren hacen que abandonen el juego de una forma mucho más dura y rápida que la tuya. Esto permite acumular sumas de dinero importantes y alcanzar niveles de varianza muy bajos. Hasta jugar de una forma muy agresiva aumenta enormemente los riesgos un día determinado, pero si adoptamos una perspectiva general, reduce el riesgo enormemente al aumentar el porcentaje global de victorias, por lo que podemos considerar que es una estrategia claramente mejor que adoptar una pasividad infinita.
Como dice Amir Vahedi: "para poder vivir hay que estar dispuesto a morir", y en el poker esta frase adquiere todo su sentido. Aquella conducta que se presenta como increíblemente arriesgada un día determinado suele ser, en realidad, el camino más seguro a seguir, mientras que la táctica que parece ser conservadora y prudente normalmente es la forma más rápida de aumentar la varianza y los riesgos a largo plazo. Es vital entender las áreas en las que se deben asumir riesgos a la hora de jugar al poker. Este es un juego en el que la prudencia y ser conservador puede ser exactamente lo contrario de lo que parece, y equilibrar el riesgo de la forma adecuada resulta vital para lograr el éxito a largo plazo.
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