La tacañería como método para revivir a los NY Knicks

Los libros nos han enseñado que este equipo cuando se pone a defender puede hacer grandes hazañas en la NBA. Ojito con ellos en los Play-Offs.
El equipo neoyorquino vuelve a ser competitivo en el panorama NBA gracias a la defensa.
Pese a sólo tener dos campeonatos en su historia, los New York Knicks son sin temor a equivocarnos uno de los cinco equipos más populares de la NBA. La franquicia de la 'Gran Manzana' cumple esta temporada medio siglo sin ganar un título de campeón, pero eso no les ha impedido tener un carisma especial dentro del baloncesto estadounidense.
La recurrente frase de que 'los Knicks apestan' ha sido el mantra de este equipo en este siglo XXI, en donde han estado más veces fuera de Play-Offs que dentro de la lucha por el título. Pese a haber conseguido fichajes de relumbrón en su día como Carmelo Anthony, Amare Stoudamire o Derrick Rose, el tercer título se les ha resistido hasta la extenuación.
Las llamadas estrellas no suelen funcionar en unos Knicks que han obtenido sus mejores resultados cuando han estado dirigidos por entrenadores tacaños y defensivos. El equipo, cuando ha intentado ser vistoso y virtuoso en el juego, se ha dado de bruces con que no son competitivos. Además, su afición está encantada con cantar en el Madison Square Garden y el organillo la palabra 'defense'.
El equipo entrenado actualmente por Tom Thibodeau ha pasado a semifinales de Conferencia por segunda vez en todo el siglo XXI gracias a una defensa férrea y la ausencia de estrellas rutilantes dentro de la NBA. La filosofía de 'bajar el culo' y morder les ha llevado a eliminar a unos Cleveland Cavaliers que iban con el factor cancha a favor en el estreno de los Play-Offs.
Una filosofía única
La afición de los Knicks está absolutamente entregada a un equipo que le evoca épocas gloriosas del pasado. En los 90, el equipo alcanzó en dos ocasiones las finales de la NBA gracias a la presencia de una superestrella como Patrick Ewing, pero también a la concienciación defensiva de dos entrenadores que han sido pioneros en la defensa en la NBA: Pat Riley y Jeff van Gundy.
Los Knicks de Riley fueron capaces de poner en apuros a Michael Jordan y sus Bulls en 1993, llevándoles al sexto partido en las finales de la Conferencia Este con un estilo físico y muy agresivo. Al año siguiente, ya con MJ retirado, alcanzaron la final de la NBA perdiendo en una dramática serie por 4-3 frente a los Houston Rockets. Ese golpe dejaría herido de muerte el proyecto de Riley, pero sentó las bases del futuro éxito.
Jeff Van Gundy, un estudioso de la defensa, cogió el relevo para llevar a los Knicks a las finales de 1999 -perdieron con San Antonio Spurs- y en 2000 a las finales de Conferencia ante los Indiana Pacers. En ambos casos, los Knicks nunca encajaron más de 100 puntos por partido en esas series, al igual que en la era de Pat Riley.
Y los títulos llegaron así
Los dos títulos de la franquicia -logrados en 1970 y 1973- tuvieron también como protagonistas a la defensa. Red Holzman, el técnico de aquel equipo, impuso una ley marcial para que sus pupilos neutralizasen a nada más y nada menos que Wilt Chamberlain y Jerry West, dejando a los angelinos en los partidos definitivos por el título por debajo de los 100 puntos.
No sabemos si en la NBA actual de los correcalles, estos Knicks conseguirán reactivar ese concepto que tan increíbles resultados les ha reportado en su historia. Lo que sí es cierto es que los libros nos han enseñado que este equipo cuando se pone a defender puede hacer grandes hazañas en la NBA. Ojito con ellos en los Play-Offs.