NBA: Boston Celtics, un equipo de futuro
Aunque al final no pudieron ganar el anillo, los Celtics han completado una espectacular temporada. Su talento y juventud hacen pensar que a Boston le esperan muchos éxitos.
Los Celtics, que acabaron el año con balance negativo en la Temporada Regular, han terminado la campaña barriendo a los Nets, eliminando a los campeones Bucks y al mejor equipo del Este como Miami... y plantando cara a los Warriors en la lucha por el anillo.
Boston cerraba 2021 ganando a los Suns para acabar el año con un balance de 17-19, que a muy pocos les hacía pensar que el equipo tenía opción alguna de pelear por casi nada. A partir de ahí una increíble racha de 34-12 para terminar la Temporada Regular como un tiro, segundos en el Este y dando la sensación de que aspiraban a todo. ¿Qué había cambiado?
La franquicia verde fue ganando en confianza, tuvo paciencia, ajustó sus piezas y se reforzó muy bien en el mercado. Brad Stevens desde los despachos se movía igual de bien que en los banquillos, su apuesta por un novato como Udoka iba a funcionar. El paso adelante de su dos grandes estrellas ha sido vital, los "Jays" han demostrado que deben ser el faro que ilumine a los Celtics en el futuro.
Tatum ha hecho en playoffs partidos auténticamente "Jordanescos". Exhibiciones ante Brooklyn, Bucks o Heat para llevar a su equipo hasta sus primeras Finales desde 2010. Una postemporada espectacular que quizás quedó ensombrecida en un mal último partido, pero que le han permitido hacer 25.6 puntos y conseguir 6.7 rebotes y 6.2 asistencias por noche, números de superestrella.
Equipo, en mayúsculas
Pero por encima de todo, los Celtics se han consagrado como equipo. Un equipo que comienza desde atrás, desde la defensa. Algo que les ha permitido ser el mejor en ese aspecto, gracias a la implicación colectiva y a un auténtico especialista como Marcus Smart, que acabó como el mejor del año.
Pero no solo él, Udoka ha recuperado la mejor versión de un Al Horford que ha vivido una segunda juventud, su mejor temporada en mucho tiempo. O como Robert Williams, que cuando ha estado al 100% ha sido el otro hombre fuerte en la pintura. Dos jugadores para dominar su propio aro y amenazar el del rival.
El complemento al habitual quinteto ideal llegaba desde el banco, la aportación de jugadores como Grant Williams o Pritchard y, especialmente, Derrick White han sido clave para conseguir el equilibrio.
Un equipo que se convirtió en una roca en defensa, que ganó en confianza, en el que todos aportan sabiendo claramente su rol y con mucha mucha calidad en ataque. Estos Celtics están llamados a hacer cosas muy grandes en la NBA.